sábado, 21 de julio de 2012

Dos rosas, dos historias...


La primera de las historias transcurre entre el 04 y el 18 de este mes, observo una rosa distinta, su color resalta en este patio que, sin serlo, se parece a un patio andaluz, 


la juventud de la rosa hace que sea atrevida, casi temeraria, sin escrúpulos y sin miedos se asoma fuera de los barrotes del recinto,


crece esbelta, llena de vida y todavía plena de juventud,


busca fuera lo que quizás dentro no encuentra, sin darse cuenta de que puede ser cortada,


en la madurez se hace precavida y se refuerza detrás de uno de los barrotes, sigue siendo bella, pero pierde color y protagonismo,


su madurez con otro colorido sigue siendo bella, de nuevo se asoma al mundo orgullosa de sus pétalos arrugados que la hacen dueña del protagonismo que siempre tuvo, con curiosidad y entusiasmo su recuerdo quedará en este rincón...


El mismo día que acaba la primera historia, al ir para casa comienza la segunda, tirada en el suelo, medio marchita y su tallo herido vemos esta segunda rosa de un color igualmente llamativo, la recogimos y decidimos adoptarla,

los cuidados que le podíamos dar era ponerla en agua y enderezar su tallo doblado, casi partido,


el día 19 la sacamos al sol y su tallo ya era firme,


ayer estaba así de bonita para Juan y para mí, puede que nos demostrara que se sentía agradecida...
Abrazos.

2 comentarios:

Conchi dijo...

Ay, esa abuela y ese nieto son unos buenos cuidadores y seguidores de Rosas. Me ha encantado las dos historias y también ver ese patio "andaluz" que me enseñaste en persona.

Un abrazo grande. ¡A ver si me contestas a los correos!!!

Conchi

sabela dijo...

El patio está precioso, pero de la rosa ya no hay rastro y de la rosa roja te diré Conchi que sigue envejeciendo en casa.
Mi intención era contestar a esos correos, pero sinceramente me olvidé.
Abrazos.